sábado, 14 de noviembre de 2009

De Malasia a Sudáfrica, con escala en Uruguay




Lo que van a leer a continuación fue escrito durante la mañana del día que Argentina debía jugar con Uruguay, en Montevideo, para cerrar las Eliminatorias y definir su clasificación al Mundial de Sudáfrica 2010.

Tenía once años cuando vi un partido que me marcó a fuego para siempre. El 5 de julio de 1997 el seleccionado sub 20 de José Pekerman venció al combinado de Uruguay en la final del Mundial Juvenil de Malasia. Aquella noche asiática, mañana argentina, comenzó algo difícil de explicar, como una mezcla de amor por el fútbol y de identificación personal con un grupo de personan hasta ese momento ajenas a mi vida.

Imposible olvidar el tempranero gol uruguayo, la camiseta charrúa de un rojo furioso, el rápido empate de un Esteban Cambiasso por ese entonces joven y de frondosa cabellera, y el gol de la victoria de Diego Quintana, ese petizo, sagaz y habilidoso delantero que luego desaparecería tristemente de los primeros planos del fútbol mundial, con una itinerante trayectoria que hoy lo deposita en el Skoda Xanthi FC de Grecia.

Casi una década más tarde, varios de los jugadores que habían estado en esa final fueron integrantes del plantel argentino que viajó al Mundial de Alemania 2006. Ese equipo era conducido por Pekerman, quien había llegado a la selección mayor respaldado por sus tres títulos mundiales juveniles. Como se esperaba, confió plenamente en aquellos futbolistas que ya había tenido bajo su ala.

Juan Román Riquelme, Pablo Aimar, Esteban Cambiasso, los tres campeones en Malasia 1997, junto con Javier Saviola y Maximiliano Rodríguez, quienes también habían alcanzado la gloria mundial en Argentina 2001, eran algunos de los futbolistas que tras deslumbrar como juveniles habían alcanzado el primer equipo nacional. Dicha selección tuvo grandes momentos de juego y otros muchos de zozobra, pero la presencia de tantos de aquellos nombres que me habían marcado durante mi infancia y mi adolescencia creaba una fe ciega, más allá de lo que sucediera dentro del campo.

El sueño se rompió en cuartos de final, ante el local y por una angustiosa definición por penales. Viví el partido en el Aula Magna de Ciudad Universitaria, tan llena de gente como de ilusión estaba mi corazón. Aquel revés fue el más duro de soportar, mucho más arduo que la eliminación en primera ronda de Corea-Japón 2002: había crecido disfrutando de esa generación de jugadores, identificándome con ellos.

Hoy a las siete de la tarde, Argentina enfrentará a Uruguay en el cierre de las Eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010. La clasificación depende del resultado de este encuentro y el seleccionado nacional llega disminuido, desprestigiado y con un nivel de juego pobrísimo. Esta vez la fe está lejos de ser ciega.

Nuevamente miraré el partido rodeado de conocidos en la sede que la Universidad de Buenos Aires tiene a orillas del Río de la Plata. En la orilla de enfrente, otra vez el rival de un partido decisivo será Uruguay. Esperemos que entre tantas coincidencias, el resultado que hoy vuelva a marcarme sea uno que deposite a Argentina en el continente africano.

Finalmente, esa noche Argentina clasificó al Mundial 2010 tras vencer a Uruguay por 1 a 0 con gol de Mario Bolatti, uno de los jugadores que Diego Maradona puso en cancha en el segundo tiempo para resguardar el empate en cero. El desarrollo del partido fue chato y aburrido y hasta daba vergüenza ver que la selección argentina no atacaba sino que, desafiando y contradiciendo lo que su historia enseña, esperaba en campo propio los tibios e intrascendentes ataques de un conjunto uruguayo que tampoco hizo mucho para ganar. Más tarde, con los pasajes a Sudáfrica en el bolsillo, llegaría el exabrupto de Maradona, sus insultos a los periodistas y un lamentable nuevo capítulo de la larga historia “Diego tiene todo permitido”.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Buena Historia!!!
Atrapante y clara...me transporté a cada momento que detallaste y con el final mostras en forma clara es posible definir la situación actual de la Selección Argentina.
Sigue escribiendo estas historias que me permiten disfrutarte y conocerte más aun!!!
Mike

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